Un equipo de investigadores de la Universidad de
Linköping (Suecia) ha descubierto que las características físicas de las niñas
en el momento de nacer pueden influir en las posibilidades de ser infértiles en la edad adulta.
Los investigadores explican en su estudio publicado
en la revista BMJ que a pesar de que los avances en medicina estén posibilitando que los bebés con
bajo peso (menos de 2,5 kilogramos) puedan sobrevivir y salir adelante, también
significaría que los
índices de infertilidad entre las féminas podrían aumentar.
Para llegar a esta conclusión, los científicos analizaron los datos de 1.293 mujeres con 40 años o menos que buscaran un
tratamiento de fertilidad junto a sus parejas heterosexuales. En el análisis,
la infertilidad femenina fue de un 38,5%; la masculina de
un 27%. El resto eran causas combinadas de las anteriores o casos sin
explicación. De las 1.293 mujeres objeto del estudio, el
4% habían nacido prematuramente y el 4% tuvieron un peso bajo al nacer.
El examen de todos estos datos dio como resultado
que las
mujeres que estaban buscando tratamiento para su infertilidad tenían 2,4 veces
más probabilidades de haber nacido con poco peso. Así, nacer
con menos peso del esperado podría duplicar el riesgo de no poder tener hijos cuando se desee intentar en la edad adulta.
Según los autores de la investigación, este es el primer estudio que relaciona las características físicas en el
momento del nacimiento con la infertilidad posterior en la edad adulta.
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